En enero pasado, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, clasificó al Tren de Aragua junto con los carteles mexicanos y la pandilla salvadoreña MS-13 como organizaciones terroristas.

En Colombia, los cabecillas del Tren de Aragua solicitaron el mes pasado al Gobierno del presidente Gustavo Petro ser incluidos en la denominada ‘paz total’, una de las políticas bandera de su Administración, enfocada en negociar con distintos grupos y bandas criminales del país.

Sin embargo, el entonces ministro de Justicia, Eduardo Montealegre, rechazó la petición al afirmar que no permitiría que organizaciones criminales “se burlen de la justicia internacional para buscar la impunidad de sus crímenes”.