Caída II: Javier Macaya renuncia a presidencia de la UDI

Este martes, al ser consultado por sus dichos, Macaya admitió que cometió “un error al mencionar un detalle procesal del caso en una frase que es desafortunada, porque muestra poca empatía respecto de un tema que es fundamental: la defensa de la niñez”.

Pese a aquello, la cosa no terminó ahí, ya que envió una carta a los militantes de la UDI anunciando que renunciaba como presidente de la tienda.

Si bien las elecciones internas debían realizarse en diciembre, un nuevo nombre deberá reemplazar inmediatamente al senador. Por ahora, suena fuerte el del diputado Guillermo Ramírez, jefe de bancada en la Cámara durante 2023, para asumir el interinato.

 

Marco Moreno, académico de la Facultad de Gobierno de la Universidad Central, aseveró que “fue un disparo en los pies ser el defensor de la situación judicial de su padre. Confundió los planos y la opinión pública no sabía si hablaba a título personal, como hijo, o como presidente de la UDI”.

Asimismo, manifestó que el capital político del senador se ve ampliamente afectado. Si bien se mantendrá en el Congreso hasta 2030, el analista opina que este hecho “lo deja en una posición muy incómoda y, probablemente, no va a volver a ocupar cargos en la dirección del partido”.

Cabe recordar que la colectividad ya había perdido a su secretaria general, María José Hoffmann, quien decidió trabajar exclusivamente en su campaña por la Gobernación Regional de Valparaíso.

 

El 29 de julio vence el pazo para inscribir a los candidatos que competirán en las elecciones de octubre, por lo que esta cadena de situaciones podría afectar a la UDI. “Entrampa la negociación que hay en el sector, sobre todo con un Partido Republicano que está amenazando cada vez con más fuerza”, considera Mario Herrera, académico de la Escuela de Ciencia Política de la Universidad de Talca.

Igualmente, se refirió a las declaraciones de la alcaldesa Matthei, principal carta de la derecha para las elecciones presidenciales de 2025. “Cada vez que se aleja de los temas políticos y toma posturas que son más bien de consenso, ella logra subir en las encuestas. Entonces, es una buena decisión”, sentenció.

En la comodidad del hogar

Finalmente, a pesar del terremoto político que generó la defensa del senador Macaya a su padre, cabe preguntarse qué ocurrirá con el condenado de aquí en adelante.

Eduardo Macaya Zentilli ya se encuentra de vuelta en su vivienda tras pasar sólo tres días en prisión preventiva. Esto, tras un fallo de la Corte de Apelaciones de Rancagua que determinó que el empresario de 72 años no presenta un peligro de fuga.

El recurso der la defensa tuvo una respuesta favorable de los ministros de la Segunda Sala de la Corte, Pedro Caro y Michel González, y del fiscal judicial Álvaro Martínez. Con esto, se cambió la medida cautelar por arresto domiciliario, arraigo nacional y prohibición de acercarse y conversar con las víctimas y sus padres.

 

El exfiscal de Alta Complejidad, Carlos Gajardo, criticó la resolución del tribunal. En conversación con el matinal Contigo en la Mañana de Chilevisión, el abogado aseguró que no sólo debe tomarse en cuenta el peligro de fuga, sino también el riesgo de reincidencia por parte de Macaya.

Por su parte, el litigante y experto en el proceso penal del estudio CADIZ, Diego Izquierdo, explicó que la decisión de la Corte no es apelable con los antecedentes actuales. Por ello, el condenado se mantendrá en su casa hasta que agote todos los recursos posibles y se conozca su sentencia definitiva.

Ahora, ¿hay alguna excepción? El experto detalló que “puede volver a pedirse una nueva revisión de medidas cautelares, pero ello sólo tiene sentido si es que hubiera alguna variación relevante que supusiera antecedentes nuevos que pudieran motivar al tribunal a cambiar el régimen actual”.

María Elena Santibáñez, experta en delitos sexuales y académica de la UC, hizo notar que los sucesivos recursos pueden dilatar la sentencia definitiva. ¿El problema? Los días en arresto domiciliario se abonan a la condena, por lo que Macaya podría terminar “no cumpliendo nunca una pena efectiva”.