Las plantas eran publicadas en páginas de redes sociales y sitios web de subastas, para luego ser vendidas a personas de todo el mundo.

El avalúo total de las plantas robadas en ese momento, era de un millón de euros. Cattabriga explicó que “eran plantas increíbles, plantas antiguas, de cientos de años”, mientras que el mismo Piombetti recalcó en que “eran perfectas”.

Piombetti y su cómplice

La “Operación Atacama”, que se convirtió en una de las mayores operaciones de tráfico de cactus en Europa, terminó en un juicio contra Piombetti y Crescentini.

Tras cinco años de litigio legal por violar la convención del Comercio Internacional de Especies amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES), en enero de este año, Piombetti recibió una sentencia de 18 meses de prisión y una multa de €25.000.

Su cómplice, Crescentini, recibió 12 meses de prisión y una multa de €18.000.

El tribunal también reconoció que el crimen de “El rey de los Piratas de cactus” no solo violó la ley, sino que también es un delito contra la naturaleza.