La “dignidad moral” de Gabriel Boric

El presidente Boric se ha mostrado tenaz en materia de derechos humanos y no ha tenido problema en cuestionar a países como Venezuela. Incluso, se ha expuesto a recibir violentos epítetos por parte de representantes del Partido Socialista Unido de aquel país.

De hecho, al afirmar por redes sociales que Chile no reconocería los resultados de los comicios presidenciales hasta que sean verificados, el canciller Yvan Gil expresó que “su incompetencia es la causa de desconocer que los hijos de Bolívar y de Chávez no necesitamos su devaluado reconocimiento”.

Cristián Garay, académico del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Santiago, considera que “el presidente Boric ha tenido una actitud bastante firme y principista en el sentido de privilegiar una carga moral que la ha aplicado frente a Rusia, Israel y Venezuela”.

 

“En términos de efectividad no va a añadir mucho, pero en términos de dignidad moral del presidente Boric es otra cosa. Va a quedar como alguien que pensó en ese hombre y en esa mujer de a pie”, complementa.

En tanto, Jorge Sanz estima que “lo que puede enfrentar el país es la mantención de un lenguaje violento. Se expone al maltrato verbal del gobierno de Maduro, a acciones como las que se hicieron con el teniente Ojeda y a la liberación de más presos con destino a Chile”.

Pero no todas las consecuencias son simbólicas, sino también prácticas. Ante la arremetida de Boric y de otros mandatarios latinoamericanos, el régimen de Maduro decidió retirar a todo el personal diplomático en Chile, Argentina, Costa Rica, Perú, Panamá, República Dominicana y Uruguay.

 

Además, ordenó que estos países hagan lo propio con sus representantes en Venezuela, por lo que el embajador Jaime Gazmuri deberá volver a Chile tras sólo 14 meses de funciones.

Hasta ahora, el mayor desencuentro entre nuestro país y el gobierno venezolano fue cuando el canciller Gil desconoció la existencia del Tren de Aragua en abril pasado. Esto motivo un llamado a consultas a Gazmuri, por lo que el exsenador debió permanecer en suelo chileno por algunas semanas.

De acuerdo a Samuel Fernández, analista internacional de la Universidad Central, lo más grave de esto es que “quedan absolutamente a merced de la nada los venezolanos que están en Chile y los chilenos que están en Venezuela. Es una situación muy seria, bastante inédita y que va a tener que ser coordinada por los países afectados para ver qué medidas internacionales se pueden adoptar”.

El espaldarazo del PC chileno a Maduro

Ahora, a nivel interno, la coalición oficialista se vio tensionada por el apoyo del Partido Comunista a la reelección de Nicolás Maduro.

A pesar de las declaraciones del jefe de Estado, el diputado Boris Barrera señaló que “para Venezuela y América Latina es importante que se respeten los resultados. Incluso, esperamos que la ultraderecha respete, aunque sea una vez, una elección si es que la pierden nuevamente”.

“Y no sé si será mucho esperar que todos las actoras y actores políticos del mundo, incluido Chile, también reconozcan el triunfo. Son las reglas de la democracia, es el pueblo soberano que se pronuncia”, añadió el parlamentario comunista, quien fue invitado por el partido de Maduro a observar las elecciones.

Por su parte, Carmen Hertz, integrante de la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara, se trenzó en una discusión por redes sociales con su par Diego Schalper (RN) sobre la validez de los resultados.

 

“En ese país hay cerca de mil observadores electorales. Entre ellos, las Naciones Unidas, la fundación Carter y el expresidente colombiano Ernesto Samper, a quienes supongo no pretenderán calificar de chavistas”, arremetió.

Para rematar, la diputada Lorena Pizarro dijo lamentar que “se catalogue de dictaduras a gobiernos que tienen sus procesos electorales democráticos. Nosotros vivimos 17 años con desapariciones y torturas. Me parece que es relativizar lo que vivimos como país”.

“El comunismo es una organización internacional, por lo que no llama la atención que el PC de aquí esté de acuerdo con el de allá. Es más, llamaría mucho la atención que el comunismo chileno estuviera en contra de las acciones de Maduro en Venezuela”, indica el analista Jorge Sanz.

Más duro fue Cristián Garay, quien asevera que “no hay ninguna duda de que los valores profundos del Partido Comunista no están con la democracia representativa ni con los derechos humanos. Esto no es ninguna diatriba, sino la constatación de lo que ellos mismos dicen y hacen”.

Con todo, parlamentarios del Socialismo Democrático arremetieron contra el PC por sus declaraciones. Incluso, afirmaron que no deberían formar parte de la coalición del Gobierno si apoyan a dictaduras como las de Maduro.