El caso de Barry Griffiths

Lo cierto es que, en ese instante, calculó mal su fuerza y se apuñaló él mismo en el abdomen.

“El cajón inferior del congelador se había dejado abierto y se había abierto para poder acceder a los alimentos”, indicó el oficial Jonathan Rees.

“En la superficie de trabajo de la cocina, junto al frigorífico, había dos hamburguesas crudas, un cuchillo y un paño de cocina”, añadió.

Los detectives concluyeron, además, que las manchas de sangre en varias zonas de la casa se debían a que Barry Griffiths quiso llamar por ayuda.

Vecinos del área aseguraron que el hombre era de carácter solitario, aunque evitaba verse involucrado en problemas.

En vida, Griffiths no tuvo hijos y cercanos sostuvieron que no tenía pareja.