Para Emma, una mujer de 42 años, el divorcio vino a revitalizar su vida, pues después de estar casada por casi 20 años y dedicar la vida a su familia, ella “se soltó el cabello, se vistió de reina, se puso tacones, se miró y era bella”.
Emma Sheppard, de Blackpool, Lancashire, en Inglaterra, se casó a los 22 años y estuvo con su esposo durante 18 primaveras. Junto a él formó una familia con dos hijas, pero con el paso del tiempo, su relación se fue deteriorando y ella se sentía “vieja, vacía y agotada”. Casi dos décadas viendo y preocupándose por los demás cobraron factura.