Los policías que fueron a analizar su material informático para investigar esos hechos se encontraron con archivos de miles de fotos y vídeos en los que aparecía su mujer inconsciente y en los que se veían los abusos a los que había sido sometida.

A partir de ahí, en la fase de instrucción, se contabilizaron 92 violaciones y fueron identificados 50 hombres de diferente condición y que, según Dominique Pelicot, sabían que Gisèle estaba bajo los efectos de los medicamentos cuando tuvieron relaciones sexuales con ella.

Pocos de ellos, sin embargo, lo reconocieron ante los investigadores y ésa será una de las cuestiones clave para determinar su grado de responsabilidad en el delito de violación agravada, que está penado con hasta 20 años de cárcel.

La mayoría alegó que pensaban que la mujer se hacía la dormida. No obstante, de acuerdo con las filtraciones a los medios, los vídeos dejan pocas dudas sobre esa tesis.

En cuanto al principal acusado, Dominique Pelicot, la incorporación de su ADN en los ficheros judiciales ha servido para relacionarlo e inculparlo por un asesinato de una mujer de 23 años en París en diciembre de 1991 y por una tentativa de violación de otra de 19 años en mayo de 1999 en la localidad de Villeparisis, a una treintena de kilómetros de la capital francesa.