Vacuna para el Coronavirus, vacuna para COVID-19, ¿Cuál es la vacuna para el Coronavirus?

La vacuna del Coronavirus está siendo trabajada en distintos países. En Estados Unidos no estará disponible este año, pero sí habrá un tratamiento. En China, donde se originó el virus, quieren empezar a hacer pruebas de aplicaciones a humanos en abril."

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El día martes 3 de marzo, por la tarde se confirmó el primer caso positivo de coronavirus en Argentina y se trata de un paciente de 43 años de sexo masculino que volvió de un viaje a Milán, Italia. Los síntomas que presentó fueron cuando el domingo pasado por la noche levantó fiebre y empezó a mostrar complicaciones respiratorias.

Este virus, el COVID-19, todavía no tiene ninguna vacuna para prevenirlo. En las últimas horas, el vicepresidente de los Estados Unidos, Mike Pence, indicó que un tratamiento contra el coronavirus podría estar disponible para mediados de 2020 y llegaría a los pacientes a principios de 2021, llevando la calma tras haber confirmado nuevos casos en Nueva York y Washington.

Sin embargo aclaró que esta misma puede que no esté disponible hasta fines de este año o principios del siguiente, pero sí un tratamiento para aliviar a aquellas personas que contraigan el coronavirus podría estar disponible para el verano o principios del otoño.

Se trata de la droga remdesivir de Gilead, la misma que ya ha sido utilizada en Estados Unidos para tratar a un paciente infectado con el nuevo coronavirus en el marco de un ensayo, y el antiviral intravenoso también está siendo utilizado en pruebas en Asia.

Otros potenciales tratamientos incluyen uno que desarrolla Regeneron con la utilización de anticuerpos monoclonales para combatir la infección. La misma estrategia resultó efectiva para combatir el Ébola.

Pero, las autoridades de China, donde comenzó el coronavirus, tienen previsto comenzar en abril a probar en humanos vacunas creadas recientemente para hacer frente al nuevo coronavirus, que se ha saldado por el momento con 2.945 muertos en el gigante asiático y más de 92.000 infectados en todo el mundo.

Xu Nanping, viceministro de Ciencia y Tecnología, ha indicado a la cadena de televisión Channel News Asia que investigadores públicos y privados de todo el mundo se encuentran actualmente trabajando para desarrollar tratamientos y vacunas que permitan paliar el brote de coronavirus surgido en diciembre en la ciudad de Wuhan, en la provincia de Hubei.

“Varios equipos de investigación están probando técnicas diferentes para desarrollar una posible vacuna y se espera que la primera vacuna pueda ser sometida a exámenes clínicos a finales de abril”, ha afirmado.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó que el proceso para aplicar vacunas en un intento de frenar el coronavirus podría llevar un año. El director general de la organización, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha expresado que la “vacuna podría tardar entre 12 y 18 meses”.

El Gobierno de China ha puesto en marcha por el momento cinco formas distintas de abordar la crisis sanitaria, entre las que se encuentra el desarrollo de una vacuna, el uso de la ingeniería genética para producir proteínas que actúen como antígenos o la modificación de vacunas ya existentes, como la que se utiliza frente al Influenzavirus A.

10 buenas noticias sobre la epidemia (como que ya hay 8 proyectos de vacuna)


1. Sabemos quién es

Los primeros casos de sida se describieron en junio de 1981 y se tardó más de dos años en identificar al virus causante de la enfermedad. Los primeros casos de neumonía severa se notificaron en China el 31 de diciembre de 2019 y para el día 7 de enero ya se había identificado el virus.

El genoma estuvo disponible el día 10. Ya sabemos que se trata de un nuevo coronavirus del grupo 2B, de la misma familia que el SARS, por lo que le hemos denominado SARSCoV2. La enfermedad se llama COVID19.

Está emparentado con coronavirus de murciélagos. Los análisis genéticos confirman que tiene un origen natural reciente (entre finales de noviembre y principios de diciembre) y que, aunque los virus viven mutando, su frecuencia de mutación no es muy alta.

2. Sabemos cómo detectarlo

Desde el 13 de enero está disponible para todo el mundo un ensayo de RT-PCR para detectar el virus.

En los últimos meses se han perfeccionado este tipo de pruebas y evaluado su sensibilidad y especificidad.

3. En China la situación está mejorando

Las fuertes medidas de control y aislamiento impuestas por China están dando sus frutos. Desde hace ya varias semanas, el número de casos diagnosticados disminuye cada día.

En otros países se está haciendo un seguimiento epidemiológico muy detallado. Los focos son muy concretos, lo que puede permitir controlarlos con mayor facilidad. Por ejemplo, en Corea del Sur y Singapur.

4. El 80% de los casos son leves

La enfermedad no causa síntomas o son leves en un 81% de los casos.

En el 14% restante puede causar neumonía grave y en un 5% puede llegar a ser crítica o incluso mortal.

5. La gente se cura

Los únicos datos que a veces se muestran en los medios de comunicación son el aumento del número de casos confirmados y el número de fallecimientos, pero la mayoría de la gente infectada se cura.

Hay 13 veces más pacientes curados que fallecidos, y la proporción va en aumento.

6. No afecta (casi) a los menores de edad

Solo el 3% de los casos ocurre en menores de 20 años, y la mortalidad en menores de 40 años es solo del 0,2%.

En menores los síntomas son tan leves que puede pasar desapercibido.

7. El virus se inactiva fácilmente

El virus puede ser inactivado de las superficies de forma eficaz con una solución de etanol (alcohol al 62-71 %), peróxido de hidrógeno (agua oxigenada al 0,5 %) o hipoclorito sódico (lejía al 0,1 %), en solo un minuto.

El lavado de manos frecuente con agua y jabón es la manera más eficaz de evitar el contagio.

8. Ya hay más de 150 artículos científicos

Es el momento de la ciencia y la cooperación. En poco más de un mes ya se pueden consultar 164 artículos en PubMed sobre COVID19 o SARSCov2, además de otros tantos disponibles en los repositorios de artículos todavía no revisados por pares (pre-prints).

Son trabajos preliminares sobre vacunas, tratamientos, epidemiología, genética y filogenia, diagnóstico y aspectos clínicos.

Estos artículos están elaborados por cerca de 700 autores repartidos por todo el planeta. Es ciencia en común, compartida y en abierto. En 2003, cuando ocurrió lo del SARS, se tardó más de un año en obtener menos de la mitad de artículos.

Además, la mayoría de las revistas científicas han dejado en abierto sus fondos sobre los coronavirus.

9. Ya hay prototipos de vacunas

Nuestra capacidad de diseñar nuevas vacunas es espectacular. Ya hay más de ocho proyectos contra el nuevo coronavirus. Hay grupos que trabajan en proyectos de vacunas contra otros virus similares y ahora tratan de cambiar de virus.

Lo que puede alargar su desarrollo son todas las pruebas necesarias de toxicidad, efectos secundarios, seguridad, inmunogenicidad y eficacia en la protección. Por eso, se habla de varios meses u años, pero algunos prototipos ya están en marcha.

Por ejemplo, la vacuna mRNA-1273 de la empresa Moderna consiste en un fragmento de RNA mensajero que codifica para una proteína derivada de glicoproteína S de la superficie del coronavirus. Esta compañía tiene prototipos similares para otros virus.

Inovio Pharmaceuticals ha anunciado una vacuna sintética ADN para el nuevo coronavirus, INO-4800, basada también en el gen S de la superficie del virus. Por su parte, Sanofi, va a emplear su plataforma de expresión en baculovirus recombinantes para producir grandes cantidades del antígeno de superficie del nuevo coronavirus.

El grupo de vacunas de la Universidad de Queensland, en Australia, ha anunciado que ya está trabajando en un prototipo empleado la técnica denominada molecular clamp, una novedosa tecnología que consiste en crear moléculas quiméricas capaces de mantener la estructura tridimensional original del antígeno viral. Esto permite producir vacunas empleando el genoma del virus en un tiempo récord.

Novavax es otra empresa biotecnológica que ha anunciado su trabajo con el coronavirus. Posee una tecnología para producir proteínas recombinantes que se ensamblan en nanopartículas y que, con un adyuvante propio, son potentes inmunógenos.

En España es el grupo de Luis Enjuanes e Isabel Sola del CNB-CSIC quienes están trabajando en vacunas contra los coronavirus desde hace años.

Algunos de estos prototipos pronto se ensayarán en humanos.


10. Hay más de 80 ensayos clínicos con antivirales en curso

Las vacunas son preventivas. Más importante aún son los posibles tratamientos de las personas que ya están enfermas. Ya hay más de 80 ensayos clínicos para analizar tratamientos contra el coronavirus. Se trata de antivirales que se han empleado para otras infecciones, que ya están aprobados y que sabemos que son seguros.

Uno de los que ya se ha ensayado en humanos es el remdesivir, un antiviral de amplio espectro, todavía en estudio, que ha sido ensayado contra el ebola y el SARS/MERS. Es un análogo de la adenosina que se incorpora en la cadena de ARN viral e inhibe su replicación.

Otro candidato es la cloroquina, un antimalárico que también tiene una potente actividad antiviral. Se sabe que bloquea la infección aumentando el pH del endosoma que se necesita para la fusión del virus con la célula, lo que inhibe su entrada. Se ha comprobado que este compuesto bloquea al nuevo coronavirus in vitro y ya se está empleando en pacientes a los que el virus ha causado neumonía.

Lopinavir y Ritonavir son dos inhibidores de las proteasas empleados como terapia antirretroviral que inhiben la maduración final del virus del sida. Como se ha comprobado que la proteasa del SARSCov2 es similar a la del VIH, ya se ha ensayado esta combinación en enfermos por el coronavirus.

Otros ensayos propuestos se basan en el uso del oseltamivir (un inhibidor de la neuraminidasa empleado contra el virus de la gripe), interferón-1b (proteína con función antiviral), antisueros de personas ya recuperadas y anticuerpos monoclonales para neutralizar el virus. Incluso se han sugerido nuevas terapias con sustancias inhibidoras, como la baricitinibina, seleccionadas mediante inteligencia artificial.

La pandemia de gripe de 1918 causó más de 25 millones de muertos en menos de 25 semanas. ¿Podría volver a ocurrir algo similar hoy en día? Como vemos, muy probablemente no. Nunca hemos estado mejor preparados para combatir una pandemia.

 

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