Si una mirada de la actriz mexicana puede hacer que los mortales que la vemos a través de la pantalla nos arrodillemos ante ella, imagina lo que les hace a sus compañeros actores, que la tienen a unos centímetros de distancia. Envidia de la buena, no hay más que decir.
Channing Tatum fue una de las víctimas de los encantos de Hayek, pues en el estreno de la cinta Magic Mike’s Last Dance, donde comparten créditos como protagonistas, el histrión no le quitó el ojo de encima. No lo culpamos, ya que la actriz mexicana eligió un outfit al que nadie podía resistirse a echar una mirada y ver el cuerpo de diosa azteca que lució en su gran noche.