Durante el primer mandato de Trump, el Supremo ya permitió una ley similar, aunque algo menos restrictiva, pese a que posteriormente fue revocada por Joe Biden cuando llegó a la Casa Blanca.

La prohibición establece que el personal del Ejército con “un diagnóstico o antecedentes actuales de disforia de género”, o bien “presenten síntomas” serán apartados del servicio militar.

El juez federal de distrito Benjamin Settle tumbó en marzo esta iniciativa alegando que no sólo no demuestra, como afirma, que la presencia de estas personas puede poner en riesgo la cohesión y la disciplina en filas, sino que además supone un ataque a los derechos constitucionales de las mismas.