El Proceso de Recordar y Olvidar

Las sinapsis que forman la memoria a largo plazo se mantienen aunque dejen de usarse, lo que permite la recuperación de la memoria. El éxito del recuerdo depende de la coincidencia entre el contexto de recuperación y el de codificación y consolidación.

Por último, el olvido es una fase necesaria en la memoria. La potenciación de ciertas engramas durante la consolidación implica la eliminación de otras, lo que permite “hacer espacio” en el cerebro.

Este olvido se produce por la despotenciación de circuitos existentes, la ocupación del espacio sináptico por nuevos procesos de neurogénesis e incluso la eliminación de sinapsis.

Héctor Ruiz, en su libro ¿Cómo aprendemos? Una aproximación científica al aprendizaje y la enseñanza, sugiere varias estrategias para mejorar la retención de la memoria, señala la profesora de Fisiología.

Es más fácil incorporar nuevos conocimientos si se conectan con conocimientos previos almacenados. Además, reflexionar sobre lo que aprendemos, en lugar de solo escucharlo o verlo repetidamente, aumenta la capacidad de memorizar. También es crucial profundizar en el aprendizaje, razonando sobre la misma idea en diferentes contextos para facilitar la recuperación posterior.

Una enseñanza activa que implique la aplicación, interpretación, evaluación o explicación del conocimiento puede activar las engramas hasta 20 veces más que durante el aprendizaje inicial. En contraste, estudiar solo antes de un examen es poco probable que genere una huella duradera en nuestro cerebro.