Por otro lado, según el sitio español Dormitienda, un colchón viejo podría provocar la formación de moho, gracias a la acumulación de sudor en las noches.

Sumado a ello, también sería un recipiente de células muertas, que se desprenden del cuerpo al dormir.

Además, un colchón viejo tiende a acumular ácaros y polvo, los que si no son limpiados con regularidad, incrementan los problemas respiratorios o alergias.