“Era sólo para adultos”

Tras el incidente, la fabricante del chip Paqui, Amplify Snack Brands, una subsidiaria de la chocolatera Hershey, anunció que dio orden de retirar las existencias del producto que continuaban en venta.

A través de un comunicado en su página web, la empresa indicó que la tortilla estaba orientada a adultos y destacaba prominentemente en su envase que no debía ser consumida por niños, un punto al menos debatible considerando que son adolescentes los más proclives a realizar retos de redes sociales.

También advierten que no debía ser consumido por personas con alergias alimentarias, sensibles a las comidas picantes, embarazadas o que tengan condiciones médicas previas.

“Hemos comprobado que tanto adolescentes como otros individuos no respetan estas advertencias. Por ello y aunque nuestro producto ha mantenido sus estándares de seguridad alimentaria, como una muestra de precaución estamos trabajando activamente con nuestros socios para retirarlo del mercado”, informan.

Lo preocupante es que según informa el medio científico ArsTechnica, ya son varios los casos de personas que han terminado en urgencias por el consumo de estos ajíes ultra picantes, los que en muchos casos son hibridaciones de ajíes existentes, creados con la finalidad de superar el récord de “picor”.

Estos chiles tienen una consecuencia directa sobre el sistema cardiovascular de las personas, provocando en algunos casos lo que se denomina un síndrome vasoconstrictor cerebral reversible (RCVS en inglés), provocando un aumento notable de la presión arterial y espamos en las arterias del cerebro.

Su consumo también puede ligarse a problemas cardíacos, incluyendo infartos.

“Puede que estos ajís ultrapicantes contengan una sustancia vasoactiva no determinada, o capsaicina (principal compuesto picante del ají) en una concentración tal que puede gatillar eventos de RCVS. Necesitamos más investigación respecto de estos fenómenos, aunque desde ya son evidencia de que el consumo de chiles picantes puede acarrear serias consecuencias y que requieren más estudios para establecer su seguridad”, indicó una junta médica de Mississippi que en 2020 atendió a un joven de 15 años, el cual requirió seis días de hospitalización para recuperarse de los efectos de uno de ellos.