El sector de las criptomonedas enfrenta en Venezuela una serie de debilidades relacionadas con servicios, legislación y educación, lo que juega en contra de su desarrollo en el país, donde estas divisas virtuales se usan, básicamente, como reserva de valor, mientras que su peso en transacciones comerciales se mantiene reducido y sin crecimiento, según expertos.

Si bien la inflación se ha desacelerado, para “mucha gente no tiene sentido” mantener su dinero en bolívares, y prefieren cambiarlo por otra divisa para proteger su poder adquisitivo. Una de esas opciones son las criptomonedas”, explica el economista Aarón Olmos, especialista en el área.

“Los venezolanos no las usan a nivel transaccional, sino como un elemento de reserva de ahorro”, asegura el también profesor universitario. De esta manera, los ciudadanos protegen su dinero de los “embates de la situación económica”, señala.

El uso de las criptodivisas pagos en comercios “ha disminuido en comparación con años anteriores”, principalmente, 2018 y 2019, cuando “hubo un boom” y “muchas empresas comenzaron a aceptarlas como forma de pago”.

 

De acuerdo con la firma Ecoanalítica -que elabora periódicos estudios para medir las transacciones en comercios del país-, los pagos en criptomonedas equivalen al 1,2% del total, una cifra que se mantiene constante desde 2022.

Se trata de un porcentaje “bastante marginal y bajo” que refleja las “barreras educativas respecto al manejo del ecosistema criptomoneda”, detalla el economista Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica.

“No son unas metodologías, unos sistemas de pago que estén tan extendidos en la población, ni que los comerciantes conozcan”, agrega.