Natalia Cuéllar: "Luna y el Árbol de Agua trabaja un butho desde el juego, no desde el dolor"

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“Luna y el Árbol de Agua” narra la historia de una niña que vive en un mundo mágico junto a su abuela ciega. Un día el agua comienza a escasear y un enorme aluvión de basura llega al pueblo.

Desesperados, sus habitantes huyen del lugar. Sólo quedan la anciana y su nieta quienes no quisieron abandonar la tierra de sus antepasados. Entonces, la abuela envía a Luna a investigar la razón de la sequía y la basura.

El relato tiene como referencia una leyenda caribeña que narra la capacidad que tiene el Árbol del Agua, que realmente existe, de absorber el agua-lluvia en sus hojas y luego vaciarla.

Con esta metáfora la obra alude a un ser vivo vegetal que cuida este elemento, hoy cada vez más escaso, en beneficio de toda la humanidad, junto con confrontar a quienes se apropian de este recurso vital para la vida.

De carácter minimalista, esta puesta en escena funciona sólo con objetos, iluminación escenográfica y un despliegue de personajes que, a través del cuerpo, la danza, el texto y la música convocan al núcleo familiar a cuidar y respetar a la naturaleza.

“Esta es una propuesta, creada para contribuir al cuidado del medioambiente y del agua, a través de una historia que reúne a toda la familia”, subraya Natalia Cuéllar, directora de la cia. Ruta de la Memoria (“Ella, nosotras y yo”).

Juego corporal

(P): ¿Qué te motivó experimentar en el teatro familiar?

-“Como creadora, quise darme este espacio de experimentar en el teatro familiar y formación de audiencia… llevo muchos años trabajando en una misma línea, teatro para adultos, DD.HH y Memoria”.

(P): ¿Lo sientes como un gran cambio?

-“¡Noooo! Esta obra de Juan Rodríguez Zúñiga habla del agua, un DD.HH… Además, mantenemos el discurso y la propuesta estética de la compañía: escenario limpio, iluminación escenográfica y trabajo corporal con el butho aplicado a una obra familiar”.

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(P): El perfil del butho es duro…

-“El butho nos ofrece la posibilidad de ejercer una corporalidad mucho más amplia que el teatro y la danza tradicionales. En esta obra trabajamos un butho desde el juego, no desde el dolor y la muerte: se usan los mismos rictus, pero enmarcados en una historia de fantasía.

“El butho otorga una libertad corporal infinita. En ´Luna y el Árbol de Agua´ el juego corporal está incorporado al texto: hay un narrador y los personajes también hablan”.

¿Cuál es tu personaje en la historia?

“Hago una abuelita buena y una rata muy mala”.

Otra mirada

(P): Esta vez se prioriza la esperanza y la alegría…

-“Sí. El ser humano no sólo atraviesa experiencias propias y simbólicas cercanas al dolor y la muerte. Cuando está en escena, el cuerpo se mueve siempre de acuerdo al sentir interno.

“Aquí utilizamos otra mirada del butho, porque en esta historia, el viaje de Luna es el de una heroína que enfrenta al embotellador, un hombre que tiene un ejército de ratas trabajadoras que hacen la parte sucia: tiran basura y embotellan el agua para venderla.

“Dolor y tristeza hay en mi historia familiar , pero también está la resiliencia para salir de allí. Además, es muy importante ir más allá de nuestros límites y no encasillarse. ´Luna y el Árbol de Agua´ es la obra que me hubiera gustado ver cuando niña”.

LUNA Y EL ÁRBOL DE AGUA

Dramaturgia: Juan Rodríguez Zúñiga
Dirección: Natalia Cuéllar
Elenco: María Belén Espinosa, Anita Moya, Fernanda Zamorano, Raimundo Estay, Javier Muñoz, Natalia Cuéllar.
Música: Sebastián Piga
Vestuario: Camila Cuéllar
Técnico: Simón Olea.
Producción: Leonel Cornejo Rojas.
Agradecimientos Especiales: José Miguel Morales.

-Teatro Azares. Huérfanos 2146. F: 2 2222 8298. Viernes 22 de julio 2022, 17.00 horas. Entradas $ 4.000, $ 5.000 y $ 7.000.
-Sala Sidarte. Sábado 6 agosto 2022, 12.00 y 16.00 horas; domingo 7, 12.00 horas.

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