Una investigación internacional que incluye sobre todo a Chile revela el origen de la forma de la nariz

Un estudio comparativo de cráneos concluyó que los humanos actuales heredamos material genético de los neandertales para adaptar la forma de nuestra nariz al clima de Euroasia, una ventaja evolutiva que se ha mantenido hasta la actualidad. 


Para el estudio se analizó a 6.000 voluntarios latinoamericanos, de los cuales 2.003 eran chilenos, y se comparó su genética con la de asiáticos, europeos y africanos.

La alargada forma de la nariz humana sería herencia de material genético neandertal, adquirido conforme nuestros ancestros se adaptaban a los climas más helados tras dejar África.

Así fue concluido por un estudio encabezado por la University College de Londres (UCL) y publicado en Communications Biology, en el cual participaron también los chilenos Francisco Rothhammer del Instituto de Alta Investigación, y la Dr. Macarena Fuentes-Guajardo, ambos de la Universidad de Tarapacá, puesto que se analizó la genética de voluntarios toda América Latina, incluyendo dos mil de Chile.

Según explicó ante Phys uno de los autores, el Dr. Kaustubh Adhikari, “en los últimos 15 años, desde que fue secuenciado el genoma neandertal, hemos podido aprender que nuestros ancestros aparentemente se cruzaron con los neandertales, dejándonos retazos de su ADN”.

En su estudio, descubrieron que parte de ese material genético “influencia la forma de nuestras caras. Esto pudo haber sido útil para nuestros ancestros, dado que ha sido heredado por miles de generaciones”.

Por su parte, el autor principal Qing li de la Universidad de Fudan en China, indicó que “por mucho tiempo se ha especulado que la forma de nuestras narices está determinada por la selección natural; dado que pueden ayudarnos a regular la temperatura y humedad del aire que respiramos, diferentes formas pueden ser adecuadas para diferentes climas en los cuales nuestros ancestros vivieron”.

El tamaño de la nariz de un cráneo humano, comparado con una neandertal.
Kaustubh Adhikari, UCL


Narices de todo el mundo

El estudio, indicaron, usó información recabada de 6 mil voluntarios en América Latina (Chile, Colombia, Argentina, Brasil, México y Perú), con ascendencia nativa, africana y europea, todos parte de un estudio del estudio “Candela” (Consorcio para el Análisis de la Diversidad y Evolución de Latinoamérica). En él también participaron investigadores del Reino Unido, China, Francia y Alemania.

Así, los investigadores compararon la información genética de los participantes y fotografías de sus rostros marcados con puntos para medir distancias y proporciones. El equipo identificó 33 regiones genómicas asociadas a la forma de la cara, 26 de las cuales pudieron replicar en comparaciones con datos de otras etnias utilizando participantes de Asia oriental (5.298 personas), Europa (10.115) o África (3.631).

 

En una región del genoma específica, la ATF3, descubrieron que muchos voluntarios del estudio con ascendencia nativa americana (así como otras con ascendencia de Asia oriental de otra cohorte) tenían material genético en este gen neandertal heredado, lo que contribuía a una mayor altura de la nariz. También descubrieron que esta región del gen presentaba signos de selección natural, es decir, que se conservó porque daba una ventaja a los portadores del material genético.

En tanto, el colombiano Andrés Ruiz-Linares de la UCL añadió que “la mayoría de los estudios genéticos de diversidad humana han investigado los genes de europeos; nuestra diversa muestra de participantes latinoamericanos amplía el alcance de los descubrimientos de los estudios genéticos, ayudándonos a entender mejor la genética de todos los humanos”.

 ESTUDIO CIENTÍFICO
Este artículo se basa en un estudio científico que puede ser sometido a nuevas pruebas para ser validado o descartado. Sus resultados NO deben considerarse concluyentes.

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