Recordemos que, desde que comenzó a operar en 1999, el Observatorio Paranal ha permitido importantes descubrimientos astronómicos, como la primera imagen de un exoplaneta y la confirmación de la expansión acelerada del universo.

Y desde allí también se realizaron las observaciones del agujero negro supermasivo Sagitario A*, que está en el centro de la Vía Láctea, las que valieron un Nobel de Física en 2020.

Es crucial considerar ubicaciones alternativas para este megaproyecto que no pongan en peligro uno de los tesoros astronómicos más importantes del mundo”, concluye De Gregorio.