El Titanic, un sinfín de teorías

Esta ausencia de evidencia física ha dado pie a diversas teorías y explicaciones. Una de ellas tiene que ver con los chalecos salvavidas que llevaban muchos pasajeros y tripulantes.

Aunque no lograron salvar sus vidas, estos dispositivos mantuvieron los cuerpos a flote después de la tragedia. Se cree que una tormenta posterior al hundimiento, junto con las corrientes oceánicas, pudo arrastrar los cuerpos lejos del lugar del naufragio.

Otra explicación, quizás más científica, está relacionada con la profundidad a la que se encuentran los restos del Titanic. El explorador de aguas profundas Robert Ballard explicó a NPR en 2013 que, a más de 914 metros de profundidad, se sobrepasa lo que se conoce como “la profundidad de compensación del carbonato cálcico”.

 

En estas condiciones, los huesos, compuestos principalmente de este mineral, se disuelven una vez que los organismos marinos han consumido los tejidos blandos.

Por otra parte, los expertos no descartan que aún puedan existir algunos restos humanos en zonas selladas del barco, como la sala de máquinas, donde el agua rica en oxígeno -necesaria para los carroñeros- podría no haber penetrado.

Sin embargo, después de más de un siglo, la posibilidad de encontrar restos reconocibles parece cada vez más remota.

Futuras exploraciones al Titanic

El misterio de los cuerpos desaparecidos del Titanic es solo uno de los muchos enigmas que rodean a este naufragio legendario. A pesar del tiempo transcurrido, los investigadores continúan explorando los restos del barco en busca de respuestas.

De hecho, se han programado nuevas expediciones para los próximos años, incluyendo una prevista por RMS Titanic Inc, y otra planeada por el multimillonario del sector inmobiliario Larry Connor para 2026.

 

Mientras tanto, el lecho marino sigue custodiando los secretos del Titanic, junto con miles de objetos personales de las víctimas: botellas de vino, cerámicas, zapatos y maletas, testimonios silenciosos de las vidas truncadas por la tragedia.

Más de 5.000 de estos objetos han sido recuperados en las últimas décadas, pero el océano aún guarda muchos más.

A medida que pasa el tiempo, los restos del Titanic continúan deteriorándose debido a la corrosión del agua salada y la acción de organismos marinos. Los expertos creen que, eventualmente, el barco acabará disolviéndose casi por completo.