Imágenes que cambiaron la historia de la ciencia
–La pulga en Micrographia. Poco más de 50 años después, en 1665, Rober Hooke publica Micrographia. A diferencia de Galileo, Hooke enfoca sus artilugios (los primeros microscopios), hacia lo más pequeño y diminuto. En aquella época, sólo un reducido grupo de hombres de ciencia y personajes ilustres tenían acceso a los microscopios, pero Hooke fue el primero en hacer divulgación de la ciencia y en dibujar en gran formato lo que veía a través de ellos.
Dibujó con precisión todo tipo de objetos cotidianos observados con sus microscopios como nunca antes se habían visto. Desde descripciones del hielo y la nieve hasta el corcho, fósiles, el carbón vegetal y detalladas descripciones de animales y partes de los mismos. Así, una pulga vista al microscopio se mostró como un gran prodigio de la naturaleza.
En Micrographia aparece por primera vez el término célula, al referirse a los poros observados en una fina lámina de corcho. Micrographia fue probablemente el primer best seller científico de la historia.
–“I think”. Más de un siglo y medio después, en 1831, un joven Charles Darwin se embarcó en el HMS Beagle al mando del capitán Robert FitzRoy. Durante aquel viaje, Darwin recogió y formuló observaciones detalladas de plantas, fósiles y animales que fue encontrado. La travesía del Beagle marcó toda su vida; fue la base para las ideas que desarrolló durante años en Inglaterra y que condujeron a su teoría de la evolución por selección natural.
Quizá uno de los dibujos más revolucionarios de Darwin, y que más ha influido en la ciencia del siglo XX, fue el que hizo en 1837 en uno de sus cuadernos de notas: un sencillo boceto de un árbol con unas cuantas ramas. En la parte superior de la hoja escribió: “I think”.
En el diagrama, identificó cada rama con una letra que representaba una especie y planteó que todas se relacionaban al evolucionar de un ancestro común. Fue la primera representación del árbol de la vida. Veinte años después, Darwin presentó su libro El Origen de las Especies.
–La neurona de Cajal. Si hay un personaje en el que el dibujo y la fotografía fueron esenciales para su investigación científica, ese es Santiago Ramón y Cajal. De niño, Cajal descubrió el funcionamiento de la cámara oscura y, siendo todavía joven, se despertó en él una pasión que duró hasta el final de sus días: la fotografía.
Empleó sus microscopios para mirar a través de ellos las placas fotográficas y poder entender así lo que ahí ocurría. Mejoró la sensibilidad de las placas, redujo el tiempo de exposición, mejoró el contraste y la nitidez de las imágenes y el tratamiento químico del revelado. Obtenía así imágenes de mucha mejor calidad.