Chavarría explica que gracias a esta capacidad de estudio “se comprobó que existía un agujero negro supermasivo en el centro de nuestra galaxia”, lo que finalmente otorgó el Nobel a Genzel y Ghez.
“Estamos orgullosos de que los telescopios que ESO construye y opera en sus observatorios en Chile hayan jugado un papel clave en este descubrimiento”, dijo el entonces Director General de ESO, Xavier Barcons.
Reinhard Genzel y su equipo, incluso han desarrollado tecnología para rastrear las órbitas de las estrellas que se encuentran en la región de Sagitario A*, un trabajo que partió a inicios de los 90’s.
De acuerdo con ESO Chile, el astrofísico partió su investigación en 1992 utilizando el instrumento SHARP, instalado en el Telescopio de Nueva Tecnología (NTT) en el Observatorio La Silla, en Chile, pero más tarde continuó su estudio del Sagitario A* en el VLT.
Además del GRAVITY, se utilizaron otros instrumentos extremadamente sensibles instalados en el VLT, como el NACO, un sistema de óptica adaptativa que puede producir imágenes tan nítidas como las captadas en el espacio; y SINFONI, un espectrógrafo de campo integral para observaciones en el infrarrojo cercano.
Andrea Ghez, por su parte, trabajó en paralelo con los telescopios Keck, en Hawái, y ambos equipos lograron trazar con precisión la órbita de la estrella S2, que alcanzó la mayor distancia con el agujero negro. Esto resultó en la mejor evidencia empírica de que Sagitario A* existía.
El descubrimiento se completó en 2018 y gracias a ello, ESO realizó una serie de mejoras de infraestructura en el Paranal, para medir de manera más precisa la posición y velocidad de S2.
Genzel al mismo tiempo, descubrió que la luz emitida por la estrella cercana al agujero se estiró a longitudes de onda más largas, un efecto al que llaman “desplazamiento gravitatorio”, y que confirmó por primera vez la relatividad general de Einstein cerca de un agujero negro supermasivo.
“A principios del 2020, el equipo anunció que había visto el movimiento de S2 alrededor del agujero negro supermasivo, mostrando que su órbita tiene la forma de una roseta, un efecto llamado precesión de Schwarzschild, que fue predicho por Einstein”, describe ESO.
Ahora, el Nobel también trabaja desarrollando nuevos instrumentos que eventualmente serán instalados en el Extremely Large Telescope (ELT), para investigar agujeros negros. Este será el telescopio más grande del mundo y se encuentra en el cerro Armazones, frente al Paranal, donde está el VLT.