“Las cifras de contaminación lumínica que estamos reportando asumen que el proyecto instalará las luminarias más modernas disponibles de una manera que minimice la contaminación lumínica”, explica Kaufer.

“Sin embargo, nos preocupa que el inventario de fuentes de luz planificado por AES no esté completo y no sea adecuado para su propósito. En ese caso, nuestros resultados, ya alarmantes, estarían subestimando el potencial impacto del proyecto INNA en el brillo del cielo de Paranal”, decalra.

Añade que los cálculos asumen condiciones de cielo despejado. “Tendríamos una contaminación lumínica aún peor si consideráramos cielos nublados”.

“Si bien Paranal está libre de nubes la mayor parte del año, muchas observaciones astronómicas aún se pueden realizar cuando hay cirros delgados, y en este caso el efecto de la contaminación lumínica se amplifica ya que las luces artificiales cercanas se reflejan intensamente en las nubes”, afirma.

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ESO

Observatorio Paranal es el mejor sitio del mundo para la astronomía

Además de los cielos oscuros y despejado, el lugar del observatorio cuenta con una atmósfera excepcionalmente estable. Tiene lo que la comunidad astronómica llama excelentes condiciones de visión o un “titilar” muy bajo de los objetos astronómicos causado por la turbulencia en la atmósfera de la Tierra.

 

Con INNA, las mejores condiciones de visibilidad podrían deteriorarse hasta en un 40%, en particular debido a las turbulencias del aire causadas por los aerogeneradores del proyecto.

“En conjunto, estas perturbaciones amenazan seriamente la viabilidad actual y a largo plazo de Paranal como líder mundial en astronomía, causando la pérdida de descubrimientos clave sobre el Universo y comprometiendo la ventaja estratégica de Chile en esta área”, declara de Gregorio-Monsalvo.

“La única manera de salvar los cielos prístinos de Paranal y proteger la astronomía para las generaciones futuras es reubicar el complejo INNA”, agrega.

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“ESO y sus Estados miembros apoyan plenamente la descarbonización de la energía. Para nosotros, Chile no debería tener que elegir entre albergar los observatorios astronómicos más potentes y desarrollar proyectos de energía verde. Ambas son prioridades estratégicas declaradas por el país y son totalmente compatibles, siempre y cuando las diferentes instalaciones estén ubicadas a suficiente distancia las unas de las otras”, afirma el director general de ESO, Xavier Barcons.

El informe técnico completo será presentado a las autoridades chilenas a finales de este mes como parte del Proceso de Participación Ciudadana (PAC) en la evaluación de impacto ambiental del INNA y se hará público antes de su fecha límite, el 3 de abril.