Desarrollan un método para viajar a Próxima Centauri b, el planeta "habitable" más cercano a la Tierra
Científicos desarrollan nueva propulsión para viajar a Próxima Centauri, la estrella más cercana al sistema solar, con mini sondas espaciales. El proyecto, liderado por el científico Christopher Limbach de la Universidad de Michigan, utiliza propulsión por haz de partículas y láser para alcanzar velocidades "cercanas" a la de la luz.
Científicos están desarrollando un nuevo tipo de propulsión para viajar enormes distancias en años luz, pero en poco tiempo. Ahora, un proyecto está buscando la manera de enviar mini sondas espaciales a Próxima Centauri, la estrella más cercana al sistema solar.
El objetivo es alcanzar la órbita de Próxima Centauri b, el exoplaneta potencialmente habitable más cerca de la Tierra. ¿Por qué “potencialmente habitable”? Resulta que se encuentra a una distancia de la estrella donde podrían ser posibles las condiciones para la vida.
El mayor obstáculo para un viaje como este, que implica recorrer poco más de 4 años luz, es la propulsión, ya que la de los cohetes espaciales actuales no puede alcanzar tanta velocidad por su carga pesada y porque tendría que quemar demasiado combustible para eso.
Sin embargo, el científico Christopher Limbach, profesor de la Universidad de Michigan, está probando la propulsión por haz, que utiliza un haz de partículas y un láser para alcanzar velocidades que se acerquen a la de la luz.
De acuerdo con Universe Today, Limbach lleva algunos años estudiando este concepto, tras adjudicarse una beca del Instituto de Conceptos Avanzados (NIAC) de la NASA, que le permitió trabajar en ello.
¿Cómo se podría llegar a Próxima Centauri b?
Un haz es un conjunto de partículas o de luz, la propulsión por haz implica generar uno gigante en el espacio que pueda empujar a una nave espacial que contenga un colector, para que transfiera señales y datos.
Limbach plantea que esto se puede implementar de dos maneras, con haces de partículas o con haces de luz, pero ambas presentan la difracción como un obstáculo. Esta haría que a la larga los rayos de luz o las partículas se dispersen y no cumplan el objetivo.
Con este desafío, el experto estudió la óptica del asunto y encontró una forma de combinar las partículas con un láser (como los que usan los telescopios) para que las ondas no pierdan la fuerza y continúen empujando la sonda espacial, que para funcionar, tendría que ser muy pequeña. Limbach llamó a este sistema “PROCSIMA”.
En conjunto con Ken Hara, profesor de la Universidad de Stanford, calculan que, en teoría, es posible generar un haz coherente que podría funcionar como propulsión para una sonda de 5 gramos. Así, esta minúscula nave alcanzaría el 10% de la velocidad de la luz y llegaría a Próxima Centauri b en solo 43 años.
Actualmente, el proyecto Breakthrough Initiatives, que busca vida inteligente en el espacio, está desarrollando una sonda de este tamaño. Los científicos también calcularon posibilidades con una sonda de 1 kilo y aseguran que podría llegar al sistema de Próxima Centauri en 57 años.
Por el momento, los expertos todavía tienen que pulir la teoría del proyecto y mejorar la funcionalidad de los sistemas de haces. Para ello, necesitan más financiación, pero hasta ahora no han vuelto a conseguir otra beca de NIAC, recoge el medio.