“La convección crea la hermosa estructura granular que se ve en la superficie de nuestro Sol, pero que es difícil de ver en otras estrellas”, señaló Theo Khouri, investigador de Chalmers y coautor del estudio.

“Con ALMA, ahora no solo hemos podido ver directamente gránulos convectivos, sino que también hemos medido por primera vez su velocidad de movimiento“, afirmó además.

Los gránulos de R Doradus parecen moverse en un ciclo de un mes, que es más rápido de lo que los científicos esperaban en relación a cómo funciona la convección en el Sol.

“Todavía no sabemos cuál es la razón de la diferencia. Parece que la convección cambia a medida que una estrella envejece de maneras que aún no entendemos”, declaró Vlemmings.