Sin embargo, este evento suma otra falla a los problemas técnicos que han afectado a los componentes rusos de la estación en los últimos años, como fugas de aire y pérdidas de refrigerante.

Este incidente del mal olor en la nave ocurre en medio de relaciones tensas entre la NASA y Roscosmos, mientras la ISS enfrenta desgaste tras más de 20 años en órbita.

La Progress 90 permanecerá acoplada durante seis meses antes de su programado reingreso a la atmósfera terrestre para su destrucción.