Astronautas detectaron mal olor en nave acoplada a ISS y tuvieron que activar protocolo de emergencia
En la Estación Espacial Internacional (ISS) se vivió un episodio inquietante luego del acoplamiento de la nave rusa Progress 90 al módulo Poisk, donde los cosmonautas se encontraron con un fuerte olor desagradable y gotas, activando los protocolos de emergencia.
La nave llegó con suministros para la tripulación de la Expedición 72 y tras el incidente, se cerró la escotilla y se purificó el aire. A pesar de confirmar que no hay riesgos para la tripulación, este evento se suma a las fallas técnicas previas en componentes rusos de la estación. Mientras la nave rusa permanecerá seis meses acoplada, esto sucede en un contexto de tensiones entre la NASA y Roscosmos, en medio de los desafíos de desgaste que enfrenta la ISS después de más de dos décadas en órbita.
Un inquietante episodio se vivió en la Estación Espacial Internacional (ISS) tras el acoplamiento de la nave rusa Progress 90 al módulo Poisk, pues los astronautas detectaron un mal olor que terminó activando los protocolos de emergencia.
Al abrir la escotilla, los cosmonautas detectaron un fuerte olor desagradable y observaron la presencia de gotas, lo que activó protocolos de emergencia.
La Progress 90, que llegó el sábado 23 de noviembre, transportaba cerca de tres toneladas de suministros, alimentos y combustible para la tripulación de la Expedición 72.
Ante la situación, la escotilla que conecta la nave con la estación fue cerrada y se activaron los sistemas de purificación de aire.
Los cosmonautas rusos, equipados con material de protección, trabajaron en la limpieza atmosférica del módulo afectado, mientras que la sección estadounidense también activó su sistema de purificación.
La NASA confirmó el incidente en su cuenta de X y aseguró que “no hay preocupaciones para la tripulación”, indicando que la calidad del aire ya está normalizada.
Sin embargo, este evento suma otra falla a los problemas técnicos que han afectado a los componentes rusos de la estación en los últimos años, como fugas de aire y pérdidas de refrigerante.
Este incidente del mal olor en la nave ocurre en medio de relaciones tensas entre la NASA y Roscosmos, mientras la ISS enfrenta desgaste tras más de 20 años en órbita.
La Progress 90 permanecerá acoplada durante seis meses antes de su programado reingreso a la atmósfera terrestre para su destrucción.
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