Pruebas de radiación en ratones

Para averiguar cuánto afecta esta radiación a los riñones de los astronautas, los investigadores expusieron a ratones a dosis simuladas de GCR equivalentes a las que un viajero espacial recibiría en una misión a Marte, con una duración de 1,5 y 2,5 años.

En sus resultados, los científicos observaron que tanto riñones humanos como animales muestran signos de contracción tras menos de un mes en el espacio. Si bien sospechan que esto podría ser causado por la microgravedad, es necesario seguir investigando más sobre el impacto conjunto de la GCR.

Astronautas con diálisis

En un escenario más alarmante, cualquier astronauta que viaje de ida y vuelta a Marte en un periodo de tres años y se exponga a la GCR, podría sufrir daños permanentes o pérdida de función de los riñones.

“Si no desarrollamos nuevas formas de proteger los riñones, yo diría que, aunque un astronauta pudiera llegar a Marte, podría necesitar diálisis a la vuelta”, agrega Siew.

 

“Sabemos que los riñones tardan en mostrar signos de daño por radiación. Para cuando esto se haga evidente, probablemente sea demasiado tarde para evitar la falla, lo que sería catastrófico para las posibilidades de éxito de la misión”, explica el experto.

¿Posibles fármacos para evitar problemas?

Stephen Walsh, coautor del estudio, plantea la posibilidad de que un fármaco pueda en el futuro proteger los riñones de los astronautas: “No es posible protegerlos -a los riñones- de la radiación galáctica con un escudo, pero a medida que conozcamos mejor la biología renal, quizá sea posible desarrollar medidas tecnológicas o farmacéuticas que faciliten los viajes espaciales prolongados”.

“Cualquier fármaco desarrollado para los astronautas también puede ser beneficioso aquí en la Tierra, por ejemplo, permitiendo que los riñones de los pacientes con cáncer toleren dosis más altas de radioterapia, siendo los riñones uno de los factores limitantes en este sentido”, concluye.