Qué ocurrió con la página de películas y series Cuevana 2

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Cierre de Cuevana 2 consterna a millones de usuarios

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Una mala noticia llegó a oídos de los fanáticos de películas y series gratuitas on demand: su sitio favorito dejaría de estar operativo.

Un nuevo revés a la piratería fue noticia hace algunas semanas: Tras diez años de lucha, la denuncia contra Cuevana 2 por violación de la Ley de Propiedad Intelectual, efectuada por grandes productoras de Hollywood como Disney, Columbia, Fox y Paramount, entre otros, se hizo escuchar y fue finalmente acogida. En consecuencia, el sitio “La Nueva Cuevana” ha sido bloqueado y deberá irse despidiendo de sus fanáticos seguidores.

Se trata de una de las plataformas virtuales más grandes de acceso a películas y series online que permitía a sus usuarios disfrutar de los estrenos y clásicos de la pantalla grande y chica de manera gratuita y en todo momento. Éste comenzó bajo el nombre de “Cuevana”, pero fue dado de baja, razón por la cual dio vida a su segunda versión que actualmente también está siendo eliminada de la red por orden judicial. Cabe destacar que éste se nutre de otros dominios y URLs para poder mantenerse vigente, lo que motivó a que la justicia ordenara el bloqueo de todas las webs que lleven asociado su nombre original.

Si bien la aparición de servicios de video on demand como HBO o Netflix han contribuido a hacer frente a la lucha contra los sitios de contenido ilegal y su permanencia en el mundo virtual, aún resulta todo un desafío regular el derecho de autor en la era de Internet.

Qué ocurrió con la página de películas y series Cuevana 2


En octubre de 2009 se anunció el funcionamiento de Cuevana TV. A través de esta página se podía acceder, entre otros, a estrenos de cine y temporadas completas de series de TV. Su tráfico aumentaba 40 por ciento cada mes, fue de los sitios más visitados de América Latina, y hoy sigue bajo varias extensiones en la red, como Cuevana.io cuevana.li cuevana.nu, entre otros.

Comenzó como un rumor entre los más fanáticos de la red: un sitio en el que era posible ver gratis y tras solo un par de clics capítulos completos y en alta definición de más de 200 series de las más populares de la televisión por suscripción. Y no solo eso. También ofrecía películas que aún no habían llegado a las salas.

Para saber cómo funciona hay que tener claro que este sitio web no almacena ni un solo mega. Ponen a la orden, mediante menús que facilitan la navegación, enlaces a servicios externos de almacenamiento en línea, donde otras personas han subido películas y series, tarea en la que ellos también colaboran. Su gran invento consistió un programa que permite una conexión directa a estos archivos para reproducirlos directamente en la web, sin necesidad de esperar a que se descarguen en el disco duro, proceso que puede tomar varias horas. Reciben los ingresos por la publicidad que aparece antes de cada reproducción.

Al conocer esto, no sorprende que su defensa se base en el argumento de que todo lo que ofrecen “ha sido extraído exclusivamente de sitios públicos de Internet”, como se lee en el texto con el que salvan su responsabilidad. Pero el asunto no es tan sencillo. No tienen mayor filtro y así como hay clásicos del cine, también hay enlaces para ver películas que aún no han llegado a las salas.

Ante tamaña oferta, el cuento se regó como pólvora y en cuestión de meses Cuevana -creación de tres jóvenes argentinos- ya era una de las páginas con mayor tráfico en el continente, con más de medio millón de visitantes diarios. En ese momento no había un joven que no supiera qué es Cuevana y todos se preguntaban cuál era su secreto y, sobre todo, qué tanto iba a durar.

Para saber cómo funciona hay que tener claro que este sitio web no almacena ni un solo mega. Ponen a la orden, mediante menús que facilitan la navegación, enlaces a servicios externos de almacenamiento en línea, donde otras personas han subido películas y series, tarea en la que ellos también colaboran. Su gran invento consistió un programa que permite una conexión directa a estos archivos para reproducirlos directamente en la web, sin necesidad de esperar a que se descarguen en el disco duro, proceso que puede tomar varias horas. Reciben los ingresos por la publicidad que aparece antes de cada reproducción.

Al conocer esto, no sorprende que su defensa se base en el argumento de que todo lo que ofrecen “ha sido extraído exclusivamente de sitios públicos de Internet”, como se lee en el texto con el que salvan su responsabilidad. Pero el asunto no es tan sencillo. No tienen mayor filtro y así como hay clásicos del cine, también hay enlaces para ver películas que aún no han llegado a las salas.

Por eso, Marcos Rago, presidente de la Cámara Argentina de Videoclubes en 2011, le dijo a SEMANA que cree que ellos “no son otra cosa que organizadores y administradores de actividades delictivas”. Y es que aún está fresco en Argentina el caso de Taringa! (comunidad en donde se publican hipervínculos para descargar archivos), cuyos dueños ya fueron procesados. Un antecedente que no parece preocupar a Tomás Escobar, uno de sus creadores: “Estamos tranquilos, porque creemos que se está experimentando un cambio sociocultural muy grande; la sociedad ya no considera que ver una película en Internet genere incomodidad o que eso esté cercano al delito”. Frente a este tema, Pablo Arrieta, experto en cultura digital, cree que intentar poner en cintura con leyes a los nuevos modelos de distribución es imposible: “La gente está bebiendo con una sed importante este tipo de contenidos. La legislación podría frenar a Cuevana, pero saldrán otros sitios que harán lo mismo o mejores cosas”.

Carolina Botero, abogada experta en derechos de autor, dijo en 2011 a SEMANA que “compartir enlaces es muy diferente a intercambiar contenidos”. Desde otra orilla, Felipe Rubio, también abogado experto en propiedad intelectual, vio aquí una puerta de acceso a contenidos ilegales. “Es como si una persona que robó algo a otra, que también lo había robado, dijera que la culpa es solo del primero”. Lo comparó con Napster, servicio de intercambio de archivos que un juez en Estados Unidos ordenó cerrar en 2001 por violar los derechos de autor.

Qué pasó con Cuevana 2, la popular plataforma de películas


No obstante, Rubio consideró que la industria, más que pedir una cacería de brujas, debería ver en este fenómeno una oportunidad de negocios, pero que respete las normas, que tenga “conciencia y cultura del respeto por la propiedad intelectual”. Para Arrieta, los detractores deberían más bien proponer sitios web que presten un servicio como el Cuevana, pero legales e igual de fáciles de usar. Solo así, dice, perderán terreno los informales.

Y tras esto han surgido plataformas de streaming como Netflix, Amazon Prime Video, HBO y Disney Plus, que le han quitado margen de maniobra, pero no lo han hecho desaparecer.

Si quieres ver películas y series gratis, puedes visitar la Nueva Cuevana 2https://cuevana3.plus/ 

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