Escorts, a reinventarse otra vez, caso de Amelia, escort de perversas.cl en antofagasta nos cuenta su caso tras la pande

El coronavirus golpea a esta antigua industria. ¿Cómo se reinventa el mercado del sexo cuando no hay posibilidad de contacto? amelia escort de antofagasta nos cuenta su historia.

Escorts, a reinventarse otra vez, historia de escort en antofagasta


Amelia llegó a Chile hace dos años. Tenía 27, un cuerpo esculpido en los cuadriláteros del noreste de Venezuela y las ganas de empezar otra vida en Antofagasta. Amelia, que no es realmente su nombre, sino uno que inventó, quería volver a boxear cuando llegó aquí. Empezó a prepararse en un gimnasio, mientras vivía en un departamento en el centro. Ahí fue cuando se acabó el dinero.

—Ni conocía la palabra escort —dice—. Una amiga me comentó sobre una página llamada perversas.cl donde ofrecían estos servicios y fuimos a visitarla. Ahí partí y me llamaban todos los días. Para mí fueron de verdad horribles los primeros meses, porque nunca en mi vida había hecho esto.

¿Cómo se reinventa el mercado del sexo cuando no hay posibilidad de contacto?


Amelia comenzó en un departamento en la comuna de Antofagasta que tenía una vista que, recuerda, no era muy agradable. No sabía cuánto cobrar ni los protocolos de una visita: cómo conversar, qué hacer y cuánto valía cada una de esas cosas. Lo único que entendió desde un minuto, es que ella se veía distinto.

Por ser atleta, entreno de lunes a lunes. Tengo una operación estética en los senos. Tengo “las” piernas. La cola natural y dura de tanta sentadilla. Mi color de piel ayuda mucho. Me dicen que soy como Pocahontas, porque soy como tal cual, ¿sabes? Cabello largo, fina; los hombres se quedan pegados.

Al poco tiempo, la amiga de Amelia se fue con un tipo y ella siguió. Pero hizo cambios. Se fue a vivir con otra escort a un departamento en antofagasta y comenzó a cobrar cien mil pesos más de lo que pedía en un principio. Eso, dice, le permitió ser más selectiva.

Viendo lo que podía ganar, la vida a la que podía acceder, Amelia cambió sus planes. Pensó un proyecto que aún no quiere compartir, y se puso una meta: un monto de ahorros con los que podría ir dejando la doble vida que en Chile ha mantenido. Este año pensaba alcanzarla y se publico como Escort vip en antofagasta. Hasta que apareció el coronavirus, la cuarentena y la vida sin tacto. Amelia pasó una semana pensando qué hacer si no podía recibir clientes. Llegó al punto en que ya no eran los ahorros para su proyecto lo que la preocupaba, sino que el arriendo y vivir.

¿Cuál fue tu mayor riesgo o el cual pensaste´, al momento de comenzar a publicarte en perversas.cl?


Pensé que si a mí el encierro me afectaba, un hombre que ve todos los días a la misma persona, sin poder salir, también iba a estar estresado. Porque ¿qué puede hacer si no puede estar con una chica? Ver pornografía o tocarse. Entonces pensé que también podía tocarse mientras veía una videollamada.

Había un riesgo. Sobre todo para alguien que no quería mostrarse en cámara, ni entregar sus datos personales y bancarios para que le realizaran transferencias.

Amelia dice que tuvo que tomarlo. Que no había otra.

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