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"Señor, me has mirado a los ojos": autor de las principales canciones de misa fue acusado de abusos

“Señor, me has mirado a los ojos; sonriendo, has dicho mi nombre; en la arena he dejado mi barca; junto a ti, buscaré otro mar”, aquel es el coro de la canción más famosa de la misas católicas, hasta...

“Señor, me has mirado a los ojos; sonriendo, has dicho mi nombre; en la arena he dejado mi barca; junto a ti, buscaré otro mar”, aquel es el coro de la canción más famosa de la misas católicas, hasta ahora. Su creador fue un sacerdote vasco llamado Cesáreo Gabaráin, cuya historia oculta ha salido a la luz en un reportaje del diario español El País.


De acuerdo a lo que reporta aquel medio, cuatro exalumnos del colegio de los maristas de Chamberí hicieron públicas antiguas acusaciones de pederastia y abusos sexuales de Gabaráin, que falleció en 1991.

El cura fue una de las figuras más populares e influyentes de la Iglesia de ese país. Compuso más de 500 cantos de alabanza a dios y fue parte del círculo cercano de Juan Pablo II, quien lo nombró como su “prelado personal”.

Sin ir más lejos, su trabajo artístico lo llevó a ser Disco de Oro en su país natal, siendo hasta la fecha el único sacerdote en lograrlo.


Eduardo Mendoza, actualmente de 57 años, fue alumno suyo hacia la década de los 70. En 1978 denunció los abusos de Gabaráin ante los tutores mayores. Aquello llevó a que el cura se fuera del centro educativo.

“Era como el doctor Jekyll y mister Hyde, por un lado, un cura carismático, popular, amigo de deportistas famosos y del Papa, y por otro, un pederasta. Algo inimaginable para todos los que le admiran”, expuso.

Dentro de su relato a El País, Mendoza recordó lo que ocurrió una noche en aquel recinto, luego de realizar ejercicios espirituales en Los Molinos.

“Dormíamos cada uno en una habitación. Tras la primera noche, mi compañero de al lado vino muy asustado a contarme que Cesáreo se le había metido en la cama y le había metido mano. Había abusado de él. Aún recuerdo su cara de terror”, recordó.

Lo anterior, confesó, fue contado a su tutor personal llamado Aniceto Abad, sacerdote que falleció hace 30 años.

“Entonces se lo conté y se puso muy serio, dijo que era algo muy grave, y nos preguntó si le había pasado a más chicos. Salieron, que yo sepa, dos más. A partir de ese momento el hermano Aniceto se ocupó del tema y habló con las familias de los chavales. Cuando volvimos al colegio en enero de 1979, Cesáreo ya no estaba”, contó.


“Era un depredador. Cuando nos duchábamos, bajaba a los vestuarios a mirar”, agregó.

Otro joven que fue abusado en ese entonces fue César Aguilera, fallecido hace cinco años. Su hermano Manuel contó al diario español cómo fueron las situaciones.

“Mi hermano volvía a su cuarto de ducharse y el padre Cesáreo entró y empezó a decirle mientras intentaba abusar de él: ‘Eres un bichito malo’. Pero llegaron sus compañeros y le salvaron”, explicó.

WIkimedia Commons

Si bien Gabaráin fue expulsado de aquel recinto, sólo dos meses después el propio Juan Pablo II lo nombró como su prelado personal, llegando a ser una de las figuras más importantes de la Iglesia Española.

Ademas se le asignó como vicario de la parroquia de Nuestra Señora de las Nieves y fue confirmado en la rectoría del colegio San Fernando de Madrid.

Para la víctimas en los Maristas todo lo anterior fue catalogado como una “burla”

“Televisaban una misa en directo desde el Bernabéu. En mi casa fue un shock ver a Cesáreo dirigiendo la orquesta de jóvenes con el Papa delante. Eso fue una muestra más de que a este tipo no se le castigó, de que la Iglesia no hizo absolutamente nada y que permitió que siguiera abusando de niños allá por donde fuera”, detalló Manuel Aguilera.

De acuerdo al reporte, con este son 356 los casos de abusos perpetrados por sacerdotes develados en España, con un total de 82 víctimas.

Tras conocerse todos estos relatos, tanto los maristas de España como la Archidiócesis de Madrid anunciaron una investigación especial.