Esta marcha es la primera acción importante desde el ultimátum dado a Lukashenko, en el poder desde 1994, por la líder de la oposición Svetlana Tijanóvskaya, refugiada en Lituania.
La opositora le dio al presidente hasta el 25 de octubre para que se retire, de lo contrario llamará al país a manifestarse y a una huelga general.
A diferencia de las protestas anteriores, los manifestantes escogieron el domingo no desfilar en el centro de Minsk sino en una arteria del sur de la capital, donde se encuentran varias fábricas, gritando “¡Huelga!” y consignas anti-Lukashenko y contra la policía.
La portavoz del Ministerio del Interior, Olga Chemodanova, informó a la Agence France-Presse que más de 200 manifestantes fueron detenidos, casi en su totalidad en Minsk, y que la policía utilizó balas de goma contra manifestantes que les arrojaban piedras.
La policía, sin embargo, no disparó en esta jornada balas reales contra la multitud, como había amenazado con hacer “si es necesario”, lo que habría constituido una grave escalada de la crisis.