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Pensiones de las FFAA y de Orden y Seguridad: un privilegio injusto

El diagnóstico sobre pensiones civiles en Chile es consensuado: éstas son insuficientes y son causa de un profundo malestar desde hace varios años. En paralelo existe un sistema de pensiones que cubre...

El diagnóstico sobre pensiones civiles en Chile es consensuado: éstas son insuficientes y son causa de un profundo malestar desde hace varios años. En paralelo existe un sistema de pensiones que cubre a militares, carabineros y gendarmes radicalmente distinto, ya que a diferencia del civil es de reparto.


¿Cómo funciona el sistema de pensiones que cubre a militares, carabineros y gendarmes? Primero, el sistema no es administrado por las AFPs sino por dos cajas: Capredena y Dipreca. Segundo, tiene contribuciones (la cotización es de 6%) y prestaciones definidas (100% de la última renta imponible para aquellos que han cumplido los 30 años de servicio, y se fija en porcentajes que parten en 66% en el caso de aquellos que se retiran a partir de los 20 años de servicio). Tercero, a efectos de contabilizar el cumplimiento de esos años se considera lo servido estudiando en escuelas militares, como conscripto y aprendiz, y en estudios profesionales. Cuarto, existen de varios tipos retiro, invalidez, orfandad, otras, otros sobrevivientes y viudez, todas con prestaciones generosas (100% de la pensión de retiro de quien estaba en posesión). Quinto, las distintas modalidades de pensión de invalidez se tramitan internamente, con comisiones médicas, personal de recursos humanos de las propias instituciones y de manera secreta, como fue analizado en el Congreso en 2017.

Es importante considerar también que, en el caso de Capredena, que cubre Ejercito, la Armada y la Fuerza Área, por cada persona pensionada hay aproximadamente 0,6 persona pagando cotizaciones, mientras que, en el caso de Dipreca, que cubre Carabineros, PDI y Gendarmería, por cada persona pensionada hay aproximadamente 1,3 persona pagando cotizaciones. Estos números son bajos. Este es un sistema de reparto que ni de cerca se sostiene por quienes pagan sus cotizaciones.

¿Cómo funciona entonces? Su déficit anual es cubierto por transferencias fiscales, enteradas vía Ley de Presupuesto de la Nación. Las cifras muestran que el gasto público en este sistema fue de 0,95% del PIB para 173.812 pensionados. Para tener una idea de lo qué significa este número hay que considerar que el pilar solidario por primera vez lo superó, con 1,24% del PIB, producto de los recientes reajustes que permitieron dar cobertura a 1.651.283 pensionados. Es decir, el Estado gasta actualmente en promedio 10 veces más en estos pensionados.


El sistema previsional de las FFAA no fue modificado de manera sustancial en 100 años. Ninguna de las reformas estructurales de las últimas décadas (1980 y 2008) lo tocó. Solamente se realizaron cambios marginales a través de la Ley 20.735 de 2014 que eliminó el acceso a montepío a hermanas solteras huérfanas, incluyó como causal de pérdida del beneficio cumplir 18 años (o 24 años si se es estudiante) en el caso de hijos e hijas, y agregó como requisito al o la conyugue el haber estado casado/a por más de tres años previo al matrimonio (salvo embarazo o hijos/as en común). En otros aspectos investigados por el Congreso (2017) como los procesos de aprobación de inutilidades no se han logrado cambios.

 


Por todo lo anterior, lo responsable este año es que candidatos y candidatas sí propongan una reforma significativa. El sistema de pensiones de las Fuerzas Armadas y de Orden y Seguridad Pública y Gendarmería también debe contribuir a la sostenibilidad fiscal.

¿Cómo abordar un desafío tan complejo? Paula Narvaez propone hacerlo a través del diálogo social y atendiendo el principio de “trato uniforme”. La reforma no será inmediata, pero transitar gradualmente a un nuevo sistema universal mixto favorece la cohesión social y la sostenibilidad fiscal. En el corto plazo es esencial corregir las distorsiones que caracterizan a este sistema, las cuales están identificadas y requieren de un acuerdo político para ello. En el mediano plazo se deben revisar las carreras institucionales y reconocer diversas particularidades de esas profesiones, pero sin diferencias que carezcan de justificación. Adicionalmente, en los próximos años, mientras no se concreta la transición a un sistema universal mixto, se deben implementar cambios paramétricos al actual sistema de reparto deficitario que no reconoce que la esperanza de vida ha aumentado (cambiar los años de servicio requeridos, por ejemplo).

En suma, debemos avanzar y dar respuesta al desafío de construir un mejor sistema de pensiones, lo que no sólo incluye reformar el sistema civil. Eso proponemos.