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Cuna del zorro de Darwin: la otra paradisíaca isla que se "remata" en el sur de Chile

La venta internacional de la Isla Guafo del Archipiélago de Chiloé, por 20 millones de dólares vía un sitio web de EEUU, se suma a otras cinco de la región de Los Lagos, propiedades privadas que tambi...

La venta internacional de la Isla Guafo del Archipiélago de Chiloé, por 20 millones de dólares vía un sitio web de EEUU, se suma a otras cinco de la región de Los Lagos, propiedades privadas que también se venden mejor fuera que dentro del país, lo que causa polémica entre los que saben por la preservación de los terrenos y por las comisiones que se pierden.


Una pequeña, pero muy valiosa, en el Archipiélago de Chiloé, llamada "Isla San Pedro", es parte de las se ofrecen hoy en la página estadounidense privateislandonline.com, increíblemente, se vende o remata, al mejor postor, a quien ofrezca más plata, "a petición" como se describe en la web.

Este terreno de “16 mil acres” -6 mil hectáreas- se suma a la muy discutida venta de la isla Guafo en el mismo archipiélago sureño, que, hasta este martes, era exhibida en el mismo sitio de USA y, al parecer, fue transferida ya que el aviso con su descripción desapareció del registro online, sin dejar ningún rastro, lo que agrega misterio al negocio.

Algunas fueron compradas en dictadura, cuando Hacienda buscó recursos en medio de una dura crisis económica.

La isla San Pedro, en manos del Estado (a la antigua) hasta el 2003, y según cuentan en la zona casi llega a manos del ahora Presidente Sebastián Piñera, tiene un plus histórico ya que, hace 134 años recibió una visita ilustre que la consagró en la Historia Universal y, poquito menos, también en la crónica de la naturaleza chilena.

Como la Guafo, hoy San Pedro es reclamada por comunidades étnicas de la zona y su remate también despierta el enojo del alcalde de Quellón, Cristian Ojeda, quien apunta a preservarla y los argumentos le sobran. Es plata lo que no tienen en el municipio.

También está en la vitrina mundial la isla Cui Cui (30 hectáreas, 3 millones de dólares), isla Lacao (16 has, USD 1,6 millones), isla Imelev (32 has, precio a ofertar) y la isla Tortuga (309 hectáreas a USD 1,2 millones), todas en la región de Los Lagos.

A lo anterior, en el abanico de ofertas isleñas, aunque por vía de una empresa de corretajes chilena, Pellegrini Propiedades, se vende la isla Carmen, ubicada más al sur en la región de Aysén y bajo un valor de 660 millones de pesos. Al parecer, el precio es menor en zonas más aisladas.


Con un garrote

“Por la tarde ganamos la isla de San Pedro, donde encontramos anclado el Beagle (embarcación)(…) Sentado sobre una roca vemos un zorro (Canis Fulvipes), especie, dicen, particular de esta isla, hasta en la cual es muy raro; es joven y está tan absorto en la contemplación de los dos oficiales, que me acerco a él sin que descubra y le rompo la cabeza con el martillo de geólogo: Este zorro, más curioso o más amigo de las ciencias, pero de todas maneras menos sagaz que la mayor parte de sus hermanos se encuentra hoy en el Museo de la Sociedad Zoológica”.

Así describió Charles Darwin su encuentro, de fines de 1834, con el “zorro chilote” o “zorro de Darwin”.

El destacado británico que navegó desde Europa, estuvo en la isla San Pedro en 1834, y lo relata en su libro “Viaje de un naturalista alrededor del mundo”, como parte de su recorrido por Chile y Sudamérica, donde es muy recordado su paso por las Islas Galápagos del Ecuador.

Claro, posteriormente, se descubrió que la calificación del zorro de Darwin no fue acertada, ya que se trata de una especie originaria y única de esa zona y que hoy, lamentablemente, está en extinción.

Así, antes de Darwin, el zorro chileno convivió con comunidades huilliches, habitantes de las regiones de Los Ríos y Los Lagos. Pero, luego de ser descubierto por el naturalista inglés, el mismo animal, de entre 2,5 y 4 kg de peso y 25 cm de altura, pelaje gris oscuro y negro, con manchas rojizas en la zona de las orejas y en sus patas, merodeó entre balleneras, hasta que la isla quedó, finalmente, deshabitada a principios 1900.

En parte de pago

Aún bajo propiedad del Estado de Chile, en 2003, la Isla de San Pedro se convirtió en “moneda de cambio” para una restitución de tierras indígenas, pagadas al empresario forestal norteamericano Jeremiah Henderson.

“El Gobierno traspasó la isla San Pedro, de 6.002 hectáreas, la más grande en la costa sur de Quellón, al empresario estadounidense Jeremiah Henderson, dueño del 18% de la isla de Chiloé. A cambio, el inversionista y propietario de 123 mil hectáreas en la comuna de Quellón, en la isla Grande de Chiloé, entregó al Fisco los títulos de 4.780 hectáreas inscritos a nombre de la Forestal Hawarden, que eran reclamadas por la comunidad huilliche de Piedra Blanca”, describe El Mercurio del jueves 13 de marzo de 2003.

Fueron 25 las familias mapuches favorecidas, quienes reclamaban derechos ancestrales sobre las tierras.

Henderson, al estilo Douglas Tompkins, aparecía como dueño de cerca de 400 mil hectáreas en la provincia de Palena, compró las tierras ubicadas en la punta sur de Chiloé en 1996.

Cercanos a Henderson explicaron que la orientación de las tierras apuntaban, en esa época, al ecoturismo y que ese mismo fin podría haber tenido la isla San Pedro, sin embargo, hasta ahora, eso no ha sido explotado.

Un años después, a fines de 2004, Henderson vendía sus 118 mil hectáreas chilotas, mediante una sociedad “off shore” en Panamá, con ahorro de impuestos incluido, al empresario y en ese entonces senador Sebastián Piñera, quien posteriormente, en 2005 inaugura en ese paño de terreno el Parque Tantauco.

“Fue mi motivación, de amor por la naturaleza y de querer conservar y preservar esa naturaleza”, dijo Piñera, unos años después.

Ese territorio aledaño a la isla San Pedro, también es reclamado por las comunidades, pero pese a esa venta, la ínsula siguió en manos de Jeremiah Henderson y hoy está en venta.

“Un paraíso natural”

“Isla San Pedro ofrece una puerta al mundo antiguo, donde aún florecen especies únicas de flora y fauna, y la historia es un libro abierto”, dice la descripción de Privateislands.com.

“Charles Darwin inspeccionó la isla en 1834 en su Viaje del HMS Beagle. Este paraíso patagónico está ahora en el mercado y es una oportunidad sin igual”, agrega.

Además destaca que el potencial turístico de la isla es “abrumadoramente” positivo.

“Uno puede imaginar fácilmente a los huéspedes de un centro de investigación de la naturaleza y las instalaciones del complejo en la isla, coexistiendo pacíficamente con el mundo natural que los rodea. Navegación, senderismo, camping, fotografía de la naturaleza, observación de aves, kayak, pesca y otras actividades son perfectos para la isla” detalla.

Destaca su ubicación en Chiloé y señala que es “un paraíso natural arco iris de flores silvestres de colores salpican a través de la isla”.

Esconde eso sí, lo que no dice, es el reclamo de la isla San Pedro por parte de comunidades mapuche.

Luego enfatiza en la confiabilidad de Chile y su gobierno democrático, al igual que los países vecinos.

Son todas privadas

Desde el Ministerio de Bienes Nacionales descartaron alguna responsabilidad estatal en la venta de las islas en el sur de Chile.

El seremi de la cartera en Los Lagos, Jorge Moreno, explicó que todos los terrenos en venta son privados y que se rigen en su venta bajo el derecho común.

Detalló que en Chile hay 43 mil islas e islotes, de las cuales 19.500, menos de la mitad, está bajo dominio del Fisco.

“De esas once mil ni siquiera tienen nombre”, dijo Moreno.

“El derecho común establece que cualquier propiedad privada puede ser vendida de forma libre, porque no está prohibida la venta de islas de ninguna especie”, agregó.

Así, como cualquier propiedad la compraventa de bienes raíces se efectúa a través de escritura pública, debidamente inscrita en el Conservador de Bienes Raíces y sobre el precio hay libertad de asignación.

Sobre cómo un privado se convirtió en dueño de islas, Moreno dijo que “en términos generales, muchos de estos títulos de Chiloé tienen su origen en los realengos, a través del Tratado de Tantauco, donde en una de sus claúsulas el Gobierno de Chile se comprometía a respetar los dominios constituidos por los españoles y también respetaba la propiedad indígena”.

La misma autoridad regional destacó, eso sí, que la Armada tiene la potestad sobre las costas de cada isla y se encarga de su fiscalización. Las playas son públicas… todavía.

Reclamo ancestral

El alcalde de Quellón, Cristian Ojeda, criticó que el Estado no las compre para su conservación y por su importancia para el mundo indígena.

“El archipiélago de Chiloé tiene muchas islas, pero hay pocas que están deshabitadas, desde tiempos ancestrales, Guafo y San Pedro, tienen eso. Más, si Charles Darwin pasó por ellas para concretar sus investigación. Son tierras que hoy puedes preservar y cuidar porque tiene la esencia del bsoque nativo del sur Chile -alerce- y su biodiversidad”, sostiene Ojeda.

“Es de una riqueza incalculable, más si consideramos su historia. El temor es que lleguen dueños que no tengan miradas de conservación”, añadió el jefe comunal.

Confirmó que tanto Guafo como San Pedro son parte del reclamo de las comunidades, quienes seguirán insistiendo en que exista un Espacio Marino de Pueblo Originario (Empo), que le permitirá poder administrar los bordes costeros.

Curiosamente, algunos de los que compran lo hacen para cuidar la naturaleza y el medio ambiente. Otros para tener un refugio si estalla parte del mundo en eventual conflicto bélicos a gran escala y los hay quienes hacen una inversión para ganar mucho dinero, comprando a precio de liquidación para venderlo mañana como una propiedad exclusiva en el sur del mundo.

Queda en el registro también la isla Macías, la cual no se vende, se alquila, pero igual como paisaje natural de “ensueño”.